Juan José Tamez.
Río Bravo, Tamps.- Cuán difícil y demasiado ingrato es la labor de UMPIRE, es una labor jamás reconocida por todos los participantes de un encuentro beisbolero, incluso siempre le han cargado encima de sus espaldas las derrotas aunque éstas sean por soberanas palizas, o por algún error de su defensiva.
Cuándo va a empezar el encuentro, el hombre de azul, llama a los capitanes a situarse en la esquina del pentágono del terreno de juego, en ese momento, se le solicita a ellos, que solamente ellos, discutan las jugadas de regla, porqué las de apreciación, esas simple y sencillamente no se discuten, dado que no se puede cambiar la decisión, dado que no se cuenta con la magia repetitiva de una cámara de televisión.
Los UMPIRES, se equivocan en dónde se juega pelota profesional, incluso hemos sido testigos de los errores que cometen aquellos que ganan carretadas de dinero.
En la pelota amateur, sí los UMPIRES, se equivocan, rápidamente el capitán y sus jugadores se olvidan de los que se mencionó al inicio del cotejo, entrando todos a reclamarle al sancionador del encuentro y eso prácticamente no se vale, dado que es solo contra veinte jugadores, agregándole todavía más a todos sus seguidores.
Lo que es sí es vergonzoso es que entren al terreno de juego, los hombres de pantalón largo, se debe tener coraje deportivo, pero ese coraje, echarlo todo en el partido, es pasión no se debe traducir en golpes al UMPIRE, eso es una anti deportivismo y una anti disciplina que seguros estamos no se aprendió en las Ligas Pequeñas o bien en el hogar.
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